Fatima Sarmiento
Fui implantada a los 39 años. A la edad de 16 años comenzó a manifestarse mi pérdida auditiva transformándose a los 21 en pérdida profunda.
Hay tanto que agradecer por el hecho de haber recibido mi implante!!.., pero lo que hoy quiero contarles en realidad es que a él le debo mi crecimiento.
Antes de eso no interesaba como se desarrollara mi vida, siempre me encontraba mirando a los demás , deseando participar en lo que para mí debían ser charlas interesantísimas , o tener esa admirada capacidad de resolver cuestiones sin pedir ayuda, reir junto a ellos ,integrarme , fundirme en los demás.
Costaba proyectarme en el tiempo con mi fiel acompañante, pseudamente aceptada, aún así luchamos para ser expresión en sí mismas.
Luego de implantada junto con el inmenso cambio comencé a sentir una proporcional presión por cumplir expectativas, propias y ajenas, recuperar el tiempo perdido.
Y es allí cuando comenzó, en ésta crisis mi descubrimiento, todo llega en la forma y el momento que será bueno en mi vida.
Comencé a comprender y valorar mi vida tal cual fue, tal cual es, quizás el término correcto sea apreciación.
Hoy más allá de mis logros personales como estudiar una carrera universitaria, tener estabilidad en mis afectos, puedo decir con profunda certeza que me fundo en los demás en el mismísimo momento en que alguien me pregunta la hora y le respondo gentilmente, cuando desayuno en las mañanas escuchando pajaritos, o cuando me saco el aparato en las noches para dormir sin ruidos exteriores.
Hoy logré la llamada integración, hoy logré encontrar belleza.
Por eso si puedo transmitirle algo con mi experiencia a quien desee realizarse un implante coclear en edad adulta, sería lo siguiente: tengan paciencia, todo es un proceso, tanto la parte clínica como en lo personal; tengan confianza, para entregarse a éste milagro como es volver a oir. El resultado será el que deba ser para el bien de su propia vida.
Yo en mi ánimo de controlar lo incontrolable me quedé sola en un departamento en Buenos Aires para que todo saliera perfecto hasta el día del encendido. Claro está conté con la incondicional y cálida contención del Dr. Cordero y todo su equipo.
Aprovecho para enviar un mensaje a Elsa Costanzo de Sarmiento: “Mamá, se cumplió tu profecía, volví a escuchar.
Fatima E. Sarmiento
San Miguel de Tucumán, Octubre 2014.
San Miguel de Tucumán, octubre 2014
Rosa Calderón
Estoy contenta de estar implantada, despues de usar durante 48 años audífono,.
Soy sorda desde los 4 meses de edad, comence teniendo una sordera supongo que leve porque a los 21 años especé a usar protesis, y hace 4 años quedé sorda profunda y conocí a la Dra María Thompson que me dijo que necesitaba un implante coclear para volver a oir, agradezco haberla conocido, me conecto con el Dr. Cordero y toda esa gente hermosa que lo rodea, cuya calidez humana y profesional me hizo sentir bien.
Cuando me conectaron el procesador de palabras no podia creer que volvia a escuchar, los sonidos fueron asombrosos porque no los conocia, me cambio la vida, me permitió relacionarme con la gente sin sentirme discriminada, porque escuchaba perfectamente bien puedo hablar por teléfono sin problemas, y es un constante descubrimiento de nuevos sonidos que voy incorporando y reconociendolos.
Héctor Gatto
VOLVER A NACER:
Mi historia comienza a los 4 años de edad, cuando sufrí la pérdida del 80% del oido izquierdo y parte del derecho. La audición del derecho se fué perdiendo gradualmente hasta necesitar la ayuda de un audífono a la edad de 18 años. A los 43 años la pérdida fue total en ambos oidos empezando asi un calvario que duraria dos largos y oscuros años.
Este suplicio terminó gracias a Dios y a la idoneidad y alto profesionalismo del Dr. Cordero y su increíble equipo de colaboradores, que no solo están altamente capacitados sino también son poseedores de una humanidad y gentileza poco común en estos tiempos, en todo momento me hicieron sentir cómodo y muy bien cuidado, y no hablo solo por mi sino también por otros implantados, entre ellos mi mujer, a la que conocí gracias al implate y es el amor de mi vida.
Pero todo esto no se logra por arte de magia. La operación, si bien muy importante, es solo el primer paso de un largo camino. Luego del implante comienza la rehabilitación, con calibradoras, spsicólogas, fonoaudiólogas, terapeutas, donde el factor fundamental a mi juicio, es la voluntad y ganas de mejorar que ponga uno durante el proceso. No es un camino regado de flores, pero el resultado final justifica cualquier sacrificio porque como dice el título de la nota, es volver a nacer, de que otro modo se podría definir volver a sentir el canto de los pájaros, la risa de los niños, charlar con mis hijos y amigos, escuchar jazz, la lluvia y todos los sonidos que nos regala la naturaleza, hablar libremente por teléfono, tener una actividad laboral normal entre oyentes y tantas otras cosas maravillosas.
En agradecimiento, siempre estoy dispuesto cada vez que me solicitan, para ayudar con mi experiencia a futuros candidatos al implante que todavia no se animen o se sientan inseguros al respecto.
hector_gatto@hotmail.com
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